lunes, 1 de marzo de 2010

Abur, poeta



En memoria de Carlos Montemayor

Los poetas a veces se van.

Un día envuelven su voz y su palabra

se llevan sus ojos

desandan sus versos y sus pasos

deshojan sus libros y los lanzan al viento.

Los poetas se van de la mano de sus letras

dejan una estela en el aire

y un verso enlazado en las nubes.

Una huella en los hombres los acompaña en silencio.

Los poetas se van a una lejana cercanía

Se llevan sus huesos a donde quiera

y dejan su alegría sembrada en las voces que los cantan

Los poetas se van

y no regresan sino cada tarde

cada noche

o al alba

cuando nuestros ojos vuelven a sus versos

A veces cantan en lenguas extrañas

o entonan melodías que no entendemos:

Cantos que no hace falta entender.

Los poetas se van y no les decimos adiós.

Volverán con sus poemas

estarán en sus libros.

Esos poetas somos todos

y no morimos, cantamos,

y lloramos cuando es preciso.

Los poetas se van y con ellos nos vamos

para no volver nunca.

Los poetas no viven sólo en la biblioteca

Los poetas que se van viven en nuestra voz.

Lo único eterno es la poesía

o los cantos que se tejen cada noche o cada mañana.

Adiós poeta, hasta siempre tu poesía.

Febrero 28 de 2010